En invierno los niños y niñas son más propensos a sufrir enfermedades y para prevenirlas existen dos herramientas indispensables que son: los controles de salud y la vacunación. Así lo explicó, en dialogo con Canal 9 Litoral, el pediatra y neonatólogo Damián Monzón, uno de los referentes técnicos del Programa Infecciones Respiratorias Agudas Bajas (IRAB).
“El aislamiento que se implementó en las primeras etapas de la pandemia hizo que mucha gente interrumpiera los controles del niño sano y un factor protector importantísimo para las infecciones, sobre todo respiratorias: la vacunación”, indicó Monzón. En función de esto, al día de hoy los pediatras todavía se encuentran con niños con esquemas incompletos.
Los menores de seis años son más propensos a padecer infecciones respiratorias. De este grupo, los menores de dos son los que presentan mayor riesgo, por eso es fundamental que tengan al día el carnet de vacunación. En tal sentido, el profesional recordó que, además de la antigripal -que deben recibir los chicos de hasta dos años (y también mayores de dos con factores de riesgo como asma, bronquitis obstructivas y problemas cardiológicos)-, actualmente también está disponible la vacuna contra el virus sincicial respiratorio (VSR).
El profesional señaló que el VSR es uno de los virus más comunes, y causa miles de casos de bronquiolitis e infecciones respiratorias cada año. “Para este virus se está realizando la campaña de vacunación a las madres embarazadas: entre la semana 32 y la 36 se coloca esta vacuna, que protege a los niños recién nacidos hasta los seis meses”, precisó.
Lactancia materna y cuidados
Párrafo aparte, Monzón sostuvo que otra pauta preventiva y protectora frente a las bajas temperaturas es la lactancia materna. Asimismo, en época invernal hay muchos factores para tener en cuenta: es importante mantener una correcta higiene de manos, no calefaccionar los ambientes con material combustible, evitar la exposición al tabaco, quitar el humo en general y, en espacios abiertos, procurar que los chicos permanezcan abrigados.
Consultado sobre cada cuánto tiempo hay que llevar a los niños al pediatra, el referente señaló: “Los menores de un año tienen que ir todos los meses; de uno a dos años deben ir a control cada tres meses; mientras que los menores de tres pueden ir cada seis meses. A partir de ahí, se recomienda un control anual”.