El registro de estudiantes de un año a otro en la Escuela Normal se hace de forma digital. Pero luego se exige la entrega de las planillas impresas. Para dar el recibido a esa documentación, las autoridades del establecimiento que dependen de la Facultad de Humanidades de Uader exigen que se adjunte el comprobante del pago de la Cooperadora.
La organización paraescolar tiene incluso una oficina en la planta baja, junto a la Dirección de Primaria. Allí se cobra una tarifa que puede llegar hasta los 10 mil pesos por alumno. Hay “combos” también: registrador de dos alumnos de secundaria, por caso, vale $15 mil.
Las personas que atienden en el reducto también aceptan pagos parciales. Se entregan recibos no oficiales, por lo tanto el movimiento del dinero es en negro. En algunos casos, se han extendido fotocopias de recibos para constatar la situación ante Cooperadora de cada alumno. El monto de efectivo que se maneja es millonario ya que la población escolar de la Normal en sus tres niveles (inicial, primario y secundario) se cuenta de cientos.
En caso de que una persona se niegue a abonar, indique que se puede cancelar más adelante. A quienes directamente se reúsan, entregan un comprobante donde en el monto se detalla “sin carga” junto al nombre del alumno.
Ese papel, ya sea con el detalle del pago o de que no se abonó, es requerido como requisito para aceptar la documentación oficial del establecimiento sobre datos personales, ficha médica y autorización de salida de cada alumno.
En ningún momento se informa que el pedido es voluntario. Ni tampoco se notifica que el establecimiento, por ser público, no puede imponer como condición que los alumnos paguen para ser anotados. La Escuela Normal fue fundada por Domingo Faustino Sarmiento en 1871. Supo ser un emblema de la educación laica y gratuita.
Fuente: APFDigital
