Ante el marcado aumento de casos de dengue en la provincia y la demanda en ascenso en los establecimientos sanitarios, y a propósito de las recomendaciones emanadas por la Organización Mundial de la Salud, la cartera sanitaria entrerriana hizo hincapié en los criterios de clasificación de gravedad del dengue y su manejo clínico.
Los establecimientos sanitarios de la provincia desarrollan diferentes estrategias de acuerdo a los niveles de complejidad. El objetivo es generar sistemas de flujo de pacientes más rápido y optimizar el recurso material y humano.
Síntomas y cuadros del dengue
En principio, la enfermedad no reviste de gravedad si no se presentan signos de alarma. Es decir, la persona tendrá los síntomas característicos como fiebre, habitualmente de dos a siete días de evolución; y dos o más de las siguientes manifestaciones: náuseas, vómitos, manchas en la piel, dolor de cabeza y/o muscular, y nivel bajo de glóbulos blancos en la sangre.
Sin embargo, aquellas personas con la enfermedad pero que presentan condiciones asociadas a embarazo, adultos mayores de 65 años, obesidad mórbida, hipertensión arterial, diabetes mellitus, asma, daño renal, enfermedades hemolíticas, hepatopatía crónica, enfermedad úlceropéptica o gastritis, o se encuentran bajo tratamiento con anticoagulantes, es posible que requieran observación y atención de su infección y condición asociada.
En ese sentido, todos los cuadros leves se pueden resolver en un consultorio común y en los centros de salud. En este nivel de atención se puede realizar el control y seguimiento del 85 por ciento de los casos.
En tanto, cuando el cuadro se complica por la aparición de signos de alarma se requiere su derivación a un establecimiento de mayor complejidad. Generalmente, entre los días cinco y siete desde el inicio de los síntomas, se evidencia la caída de la fiebre y en las horas siguientes la sintomatología es más severa.
Si en este período el paciente presenta un cuadro caracterizado por dolor abdominal intenso o dolor a la palpación del abdomen, vómitos persistentes, acumulación de líquidos, sangrado de mucosas, irritabilidad, sensación de aturdimiento o mareos, y daño hepático, debe acudir de inmediato al hospital para su atención y tratamiento con administración de líquidos. Esto permitirá el abordaje oportuno y evitará complicaciones.
En tanto, se trata de un caso de dengue grave si la persona tiene dificultad respiratoria (debido a extravasación de plasma), sangrado profuso (según la evaluación del médico tratante), y tiene comprometidos otros órganos (daño hepático, miocarditis, etc.).
Si bien no hay un medicamento específico para el dengue, ya que lo que se hace es tratar la sintomatología, en ningún caso se recomienda la automedicación. Siempre se debe respetar la indicación de un profesional de la salud quien evalúa cada cuadro.