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Un país X
El tipo corre, otros lo siguen por detrás, un pelado lo defiende soltando puñetazos, un rappi (que es poli encubierto de civil) también azota una bicicleta contra la gente que se encima enfurecida. El que corre asustado es uno que por X provoca y manda “zurdos de mierda, van a correr”.
La ministra de seguridad suelta el vaso con jugo de uva fermentado y escribe en la red una amenaza: tenemos las cámaras y vamos a agarrar a cada uno que persiguió al gordito tuitero.
Mientras, vetan el presupuesto de las universidades públicas del país. Afuera del congreso, los cantos en contra de la medida.
El video de la fuga del tuitero se hace viral.
Un usuario escribe: “Así funciona el mercado de las piñas regulándose solo.”
No hay moraleja en el recorte más trascendente de la situación actual de la política argentina, hay sí, una sensación de precipicio. Conozco a mucha gente que se jactaba de Venezuela como una distopía a la que nos conducían otros, que ahora está callada. Esas personas estuvieron quejándose de los planeros hasta que les llegó la factura de la luz de la era actual y tuvieron que registrarse para recibir el subsidio.
Vivo escuchando y leyendo cosas absurdas que están lejísimo de la literatura, cosas que no tienen ningún valor artístico, ni estético y sin embargo podrían ser el argumento de una obra de ciencia ficción.
Puan es una película argentina que un poco trata de lo que estamos viviendo, siempre la ficción se anticipa a la realidad o es que en realidad no hay más que profecías.
Las universidades están tomadas en defensa de que persistan siendo lo que son: un espacio para que todas y todos y todes (incluso los perros que lideran las fuerzas del cielo) puedan habitarlas.
Ojalá esto no causara gracia pero un tuit del presidente dice:
“Universidad Nacional de Rosario:
Alumnos: 85000
Empleados: 10500
¿8 empleados por cada alumno? para pensar…”
Yo tampoco sé sacar cuentas pero no gobierno un país. Y advierto errores porque estudié en la universidad pública.
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