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Las tías de Louise
La mujer cae en el espacio abierto de
la hilera incompleta de los dientes de su hermana.
La risa agujereada la atrae como antes
un pozo donde sacaba agua.
Antes era bella, piensa. Antes bailaban juntas
montadas sobre caballos azules.
Soltaban las riendas del temor a sus padres,
unos viejos severos que repetían “las mujeres no”.
No hay aljibe fresco en la vejez.
La boca se deshoja y los recuerdos
que solo esas dos hermanas conocen
dejarán de ser nombrados para siempre.
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