El 6 de octubre último a las 9.53 de la mañana, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, publicó un tuit donde contaba con aire victorioso y acusador: “Un hombre intentó burlar un control en Mendoza, llevando más de 2 kg de cocaína ocultos en envases de talco dentro de un micro de larga distancia. Pero la Gendarmería lo descubrió rápidamente gracias a su nerviosismo y actitud sospechosa. ¡La seguridad de nuestro país va a un paso adelante de los delincuentes! Las hace, las paga”.
El posteo llevaba como título “MUCHO TALCO, POCO EFICIENT-E”. El detenido, Ariel Maximiliano Acosta, pasó 21 días tras las rejas en tierra mendocina mientras la funcionaria celebraba, pero un estudio de laboratorio constató que lo que llevaba era un producto de higiene personal sin ningún rastro de estupefaciente de ningún tipo: se trataba de talco para los pies.
El miércoles de la semana pasada el juez Alberto Carelli dictó su sobreseimiento y ordenó dejarlo inmediatamente en libertad, según confirmaron a Página|12 allegados al expediente judicial. Estuvo alojado en la Unidad 32, el Centro de Detención Judicial de Mendoza, y luego en la cárcel federal de Cacheuta. Hasta ahora no se conocen medidas adoptadas respecto de los gendarmes que confundieron talco con cocaína. “Mínimamente deberían pedirnos disculpas”, dijo Laura, la madre de Acosta, quien se mostró particularmente enojada con la ministra Bullrich.