Cuando parecía que todos los caminos conducían a la continuidad de Diego Osella en Colón, la falta de consenso puertas adentro, además de la opinión generalizada de los hinchas, la balanza se fue torciendo. La principal banca que tenía el técnico era del presidente Víctor Godano, pero no alcanzó.
Tanto es así como pasó directamente a tambalear y en las últimas horas, se resolvió directamente en precindir de sus servicios. Si bien tiene contrato hasta junio de 2025, se estipuló una cláusula de revisión en diciembre donde las partes podían rescindir. En este caso, el club.
Al cabo de siete partidos en Colón, Osella sumó triunfo, una derrota y cuatro empates. Es verdad que perdió poco (solo ante San Telmo 1-0 en el Brigadier López) e incluso terminó invicto de visitante, pero también ganó poco (a Defensores de Belgrano 2-0, en Santa Fe) y ahí radicó el problema. Una efectividad del 38% que no alcanzó para el objetivo.
De esta manera, se quedó en las puertas de hacer otra buena campaña en el club que lo catapultó como entrenador en aquella campaña impensada de 2014, con todo en contra y casi condenado al descenso antes de empezar. Lastimosamente no alcanzó luego, pero fue una sumatoria de 30 puntos.
En un segundo paso las cosas ni salieron, donde no pudo ganar al cabo de siete partidos y dio un paso al costado. Ahora también estuvo al frente del Sabalero en la misma cantidad de encuentros, pero con un saldo muy pobre para las pretensiones. Todo esto se habría puesto en la balanza al momento de tomar la decisión.
Osella sabía el desafío que tenía por delante y que no tenía márgen ni tiempo, pero los resultados imperan y no lo acompañaron del todo. Algo que se veía venir después de la dececpión por no alcanzar el ascenso y el club quizás apunta a otra cosa, con la llegada de otro entrenador.