Atlético Pilar, aun sin la presencia del experimentado Jonatan Treise, se las ingenió para ser mejor en el primer tiempo y aunque en el segundo fue superado tuvo más astucia para llevarse el festejo.
Por primera vez en la temporada el Rojo pudo estar adelante en el arranque del juego (4-2) pero no le duró mucho y se fue abajo 12-21 porque le metieron dos bombazos en los tramos finales. Exagerada diferencia por lo que había pasado hasta ahí.
Atlético Pilar estuvo correctamente conducido por Bruno Conti, y bien acompañado por Delgado y Osores a la hora de tener que convertir. Consiguió puntos con cierta fragilidad defensiva de un local que se despertó con el empuje de Krapp y un par de conversiones de Corbera que lo acercaron en el tablero (28-41).
En el tercer cuarto volvió a aparecer la figura de Agustín Cavallín para que Rocamora peleé decididamente el partido. Hubo tiempo muerto de El Rancho cuando la diferencia fue de once puntos y el desarrollo del trámite pintó para un cierre peleado (52-61).
En el último cuarto Rocamora lo pasó por arriba al rival. Cavallín, Richard y Krapp fueron los artífices de una gran remontada que dejó las cosas 67-62. Sin embargo, el partido no se resolvió ahí porque había más emociones todavía.
Siguieron palo y palo, Cavallín fue a la línea pero solo anotó uno y el tablero quedó 74-74. Con pocos segundos por jugar Osores sacó un triple de la galera que cargó de nervios al local. Rocamora buscó contestar por la misma vía pero el lanzamiento de Tarnowyk no entró y después la visita estiró cifras desde la línea.
Los mejores pasajes no le alcanzaron a Rocamora para llevarse su primera victoria. Hizo méritos pero nuevamente se quedó masticando bronca. El equipo tuvo cuatro jugadores en doble dígito, mejoró mucho la faz ofensiva pero le restan pulir detalles en defensa que esta vez le impidieron celebrar con su gente.
