River recibió a Atlético Mineiro este martes en el estadio Monumental por la vuelta de las semifinales de la Copa Libertadores. Para meterse en la final del 30 de noviembre en su propia casa y evitar los penales -un karma histórico para el club-, el Millonario debía ganar por una diferencia de cuatro goles o más frente al equipo de Gabriel Milito, que en la ida había ganado claramente 3 a 0.
El primer tiempo fue casi todo del local, que rápidamente arremetió contra el arco del elenco brasileño. Sin embargo, y pese a contar con chances de la mano de Borja y Colidio, no pudo concretar. En la contra, Mineiro pudo ponerse en ventaja, pero Armani tapó un mano a mano que podría haber sido la estocada final. Se fueron 0 a 0 al descanso.
En el segundo tiempo, el conjunto visitante casi golpea de entrada, con un disparo que pegó en el travesaño y otra salvada milagrosa de Armani en el rebote.
Poco después, Gallardo decidió mover el banco e hizo entrar a Echeverri y Manstantuono. Con los pibes, el Millonario creció. El Diablito, de hecho, tuvo el gol, pero el arquero de Mineiro le tapó lo que era un gol casi cantado. Poco después, en el otro arco, nuevamente el arquero de River también evitó una conversión de gran manera.
Pese a los esfuerzos y la reacción emocional, River no pudo nunca encontrar nunca los caminos. Si bien dominó las acciones hasta el final, no logró doblegar el arco del Atlético Mineiro, que ahora jugará la final frente al ganador de la serie entre Botafogo y Peñarol. En la ida, el Fogao goleó 5 a 0 al conjunto charrúa.