Ángel Di María reafirmó su amor por Rosario Central, dejó en claro que el deseo de volver truncado por el tenor de las amenazas que recibió era compartido por él y toda su familia. Aseguró que ese sueño no morirá mientras siga en actividad como jugador de fútbol.
En particular, Fideo apuntó contra quienes adjudican la decisión a su esposa, Jorgelina Cardozo, y explicó que tanto ella como sus hijas deseaban regresar a Rosario. “Ellas eran las primeras que querían venir. Mi mujer estuvo todo el año metida a full para terminar y amueblar la casa, para hacer todo lo que es la mudanza, había anotado las nenas en la escuela, se encargó de todo para que yo no hiciera nada. Las chicas contaban los días para venir a vivir con sus abuelos. Nosotros cuatro fuimos los que más sufrimos, porque antes que sea el sueño de cualquier hincha era el mío, mi sueño, el de mi familia”, dijo en contacto exclusivo con Rosario3.
Después de contar detalles escalofriantes, como el de la cabeza de chancho con una bala en la frente y el nombre de su hija mayor que dejaron en la inmobiliaria de su hermana, le habló a quienes lo critican por su decisión de continuar en el Benfica de Portugal: “Los que no entienden es porque no se ponen un segundo en mi lugar, porque es fácil putear y maltratar por redes sociales sin ponerse en la piel del otro”.
Pero además, dejó encendida una luz de esperanza. “Lo dije y lo voy a decir mil veces más: quiero retirarme en Central, es mi sueño y el de mi familia volver”, sostuvo en un tramo de la nota.
