El 14 de abril de 1912, el cocinero del Titanic decidió cuál sería la comida que degustarían los tripulantes de primera clase, sin imaginarse que esa sería la última comida que prepararía a bordo del barco más importante de la historia.
Además, los comensales pueden optar por el menú a la parrilla o por un exquisito buffet, que incluye rosbif, salmón y anchoas noruegas. Por si no apetece un dulce como postre, existe una opción de una tabla de ocho quesos.
Este fue el último menú que ofreció el crucero de lujo antes de naufragar la madrugada del 15 de abril de 1912, en la que murieron 1.514 personas –de las 2.223 que iban a bordo-.
El documento fue rescatado por Abraham Lincoln Salomón, un tripulante de primera clase que logró sobrevivir escapando en el bote número 1 el cual, según testimonios de la época, abordaron los más adinerados.
El 30 de septiembre, los herederos de Abraham subastarán el menú en Lion Heart Autographs de Nueva York y esperan obtener por él entre 50.000 y 70.000 dólares.