lunes 11 de diciembre de 2023
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Una mirada desde la alcantarilla

Hallazgos mínimos

Un caballo perdido en un lago

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Cada semana recibo un paquete que llega desde Viale, que viene de la casa de mis padres, específicamente de la mano de mi madre.

Ayer mi hermano trajo una de esas bolsas que siempre nos dan gracias. Mamá tiene una obsesión con envolver una cosa dentro de otra y así se forma una mamushka de envoltorios que siempre van también aumentando la ansiedad ante la sorpresa. Son detalles mínimos que tienen lo que llamamos un valor sentimental o que no lo tienen hasta que los descubrimos ahí: un juego del bingo en la caja vieja que había sido de mi hija mayor, unos bocaditos Bonafide, un sacaleches de vidrio con la caja del tiempo en que ella fue madre por primera vez, una servilleta hecha por mi abuela bordada por sus manos con dos flores, cosida con una puntilla delicada.

Son hallazgos mínimos que nos sacan del tiempo en el que estábamos. Si tenía una discusión ese debate se pospone, esperá que estoy abriendo esto. Si mi hija chiquita estaba en una chinche, se acerca a mirar y pregunta por la Oli. Si la mayor está encorvada sobre sus croquis, el chocolate le suelta el lápiz de la mano. Mamá con sus bolsas adentro de otra bolsa y más al fondo una bolsita más chica con un papel envuelto sobre otro es como ver un caballo perdido en un lago. Una imagen que destruye el apuro. Un lomo que adquiere el tono del barro o un cuero blanco que se funde con el cielo plomizo.

*

Hacer poemas es encontrar

una silla vieja en la banquina

y llevarla a casa,

al altillo;

un caballo perdido en el lago ,

un barco extraviado en la maleza de la orilla

fosforescente

Dice un poema de Denise Levertov que se va fragmentando en partes y que, finalmente, todas forman un solo largo y hermoso libro que desparrama la tarea del poeta.

Quizás la tarea de las madres tenga más poesía puesta en actos mínimos que prescinden de las palabras, en breves destellos de belleza que empezamos a ver cuando llegamos a ser grandes y entendemos que el tiempo es finito. Una media perdida que encontramos cuando ya no nos entra el pie.

*

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