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Un reciente reporte de la Fuerza de Tareas de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF, por su sigla en inglés) evaluó los efectos del consumo de tratamientos con vitaminas para prevenir la enfermedad cardiovascular y el cáncer: no hay evidencia a favor, ni en contra, para la mayoría de las vitaminas, excepto para 2. Revisaron 84 estudios científicos, con más de 1 millón de participantes. Los resultados fueron publicados en JAMA del 21 de junio (1), justificaron también una nota editorial (2), y una página para pacientes en el mismo número (3).
De acuerdo a datos de la Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición (NHANES, National Health and Nutrition Examination Survey), una gran encuesta nacional de los Estados Unidos que se lleva delante desde el año 1971, que evalúa el estado de salud y nutricional de adultos y niños (2), el 52% de la población encuestada reportó haber consumido al menos un suplemento dietario en los últimos 30 días, y el 31% reportó el consumo de algún suplemento con multivitaminas y minerales.
La razón más citada por los encuestados, el complementar vitaminas y minerales faltantes de la dieta.
Otras veces los médicos las recomiendan, o las personas las consumen, con el objetivo de mejorar la salud general, la densidad mineral ósea, aliviar el dolor esquelético, o mejorar la inmunidad y prevenir las infecciones virales. Todo esto, en general, sin la suficiente evidencia.
La enfermedad cardiovascular (ECV) y el cáncer son las 2 causas principales de muerte: ambas son responsables de casi la mitad las muertes en los Estados Unidos. 26.1 millones de personas tienen enfermedad cardiovascular en los Estados Unidos, en el 2018, esta fue responsable del 30% de todas las muertes (más de 803.000). En el año 2021, se diagnosticó cáncer a 1.9 millones de personas en los Estados Unidos, y esta enfermedad fue responsable del 21.1% de las muertes anuales en el año 2018 (casi 600 mil).
La inflamación y el estrés oxidativo juegan un rol importante en ambas enfermedades. Los suplementos dietarios con vitaminas y minerales pueden tener un efecto antinflamatorio y antioxidante.
Las vitaminas evaluadas son la A, C, D, E, K y las del grupo B. Estas son esenciales para el mantenimiento normal del metabolismo.
Los betacarotenos pertenecen a un grupo de pigmentos de color llamados carotenoides. Se convierten en vitamina A en el cuerpo, y se encuentra en muchas frutas y verduras. Se considera que además tienen efectos antioxidantes.
Se evaluaron, además, minerales (calcio, hierro, zinc, selenio), y sustancias inorgánicas.
Todos estos se pueden combinar con o sin otras sustancias, en forma de suplementos multivitamínicos y multiminerales.
La USPSTF se propuso actualizar las recomendaciones del 2014, y revisar la evidencia sobre la eficacia de la suplementación de vitaminas y minerales para prevenir las ECV y el cáncer, así como los riesgos de estas, y su relación con la mortalidad.
Para esto evaluaron a adultos, sin embarazadas. Es decir, a población general, mayormente sanos. No incluyen niños.
Estas recomendaciones aplican a la población general adulta, NO a niños, embarazadas, personas con enfermedad crónica, hospitalizados, o a aquellos con una deficiencia nutricional conocida.
Es decir, aplican a las personas de población general, mayormente sanas, que suelen consumir suplementos vitamínicos de venta libre, por su cuenta.
En otra revisión de la Task Force, del año 2014, recomiendan a todas las mujeres que deseen, o que tengan posibilidades de quedar embarazadas, tomar ácido fólico diariamente (0.4-0.8 miligramos, o 400-800 microgramos).
Para la mayor parte de las vitaminas, hay baja evidencia de un daño serio.
- En fumadores, o en aquellos individuos que tienen exposición laboral a asbestos, el uso de betacarotenos y vitamina E se asoció a un riesgo aumentado de padecer cáncer de pulmón.
En 2 ensayos se vio un aumento del riesgo del 18% en los que consumían betacarotenos, y un 28% en los que consumían betacarotenos con vitamina A. La vitamina A sola no se asoció con el riesgo de cáncer de pulmón.
Los suplementos de vitamina A pueden reducir la densidad mineral la densidad mineral ósea, y en altas dosis pueden producir toxicidad en el hígado.
La vitamina D en altas dosis puede producir hipercalcemia y litiasis en los riñones.
¿De dónde se deben obtener las distintas vitaminas y minerales que necesitamos para mantener la salud?
Distintas sociedades científicas coinciden que estas deben ser obtenidas a partir de una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, más que tomando suplementos.
Las poblaciones que requieran la suplementación de vitaminas o minerales, deberán ser tras una evaluación médica, y a criterio de un profesional de la salud. El consumo de frutas y verduras está asociado con una disminución del riesgo cardiovascular, y de padecer cáncer.
El consumo de suplementos vitamínicos, en personas sanas, sin recomendación médica, es algo muy frecuente en la práctica diaria.
Muchas veces, los mismos pacientes acuden a la consulta para solicitar a los profesionales de la salud que les indiquen algún suplemento vitamínico o dietario, para mejorar su estado funcional, el cansancio y agotamiento, la capacidad de concentración, etcétera. Muchos de estos individuos probablemente no van a requerir más que el reaseguro de consejos de vida saludables.
Por supuesto que, en ciertas circunstancias, la suplementación de vitaminas y minerales son saludables para el bienestar. Está indicación siempre debe ser hecha por un médico.
Referencias
https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2793472