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viernes, 4 de octubre de 2024
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SALUD

La OMS alerta que utensilios de cocina pueden contener elementos cancerígenos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre la presencia de componentes posiblemente cancerígenos en utensilios de cocina.

Los expertos de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer determinaron que el sulfonato de perfluorooctano (PFOS) y el ácido perfluorooctanoico (PFOA) son compuestos artificiales con un potencial efecto dañino para la salud. Y ambos pueden estar presentes en sartenes u ollas antiadherentes o de teflón.

También se pueden encontrar en envases de alimentos, alfombras, materiales de construcción, cosméticos, ropa impermeable y espumas contra incendios, y tienen muchas otras aplicaciones industriales, según resaltan desde la organización internacional. Además, tienen una amplia variedad de usos y suele hallarse, en niveles bajos, en la sangre de la mayoría de los seres humanos, siendo que un incremento en su concentración podría modificar las células sanas y causar cáncer.

Según la OMS, los componentes mencionados se encuentran dentro del grupo de sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS), que forman parte de productos variados.

“Aunque la estabilidad del PFOS y el PFOA, así como sus propiedades tensioactivas, los hacen útiles en aplicaciones industriales y de consumo, existen preocupaciones con respecto a su persistencia e impactos en el medio ambiente y la salud humana, como resultado de la exposición a través de los usos generalizados de estos productos químicos”, expresaron desde la entidad.

Son elementos de amplia utilización en diversas industrias. Debido a que son compuestos estables, no suelen reaccionar con otros químicos, por lo que se usan para producir objetos resistentes a aceites, grasas, calor, agua y manchas. En el caso del teflón, el PFOA es empleado como pegamento para fijarlo a la sartén y puede liberarse cuando se deteriora la capa antiadherente externa.

Efectos en el cuerpo

Los PFAS no se descomponen fácilmente, por lo que su período de duración, tanto en el medio ambiente como en los organismos, es extenso.

Múltiples estudios revelaron que los PFAS están presentes, en niveles bajos, en la sangre de la mayoría de las personas en el mundo. A su vez, se encuentra en mayor medida en individuos que viven cerca o trabajan en plantas industriales en las que se utilizan estos compuestos. La forma más común de exposición comprende la ingesta de agua potable o alimentos contaminados, y a veces puede darse debido a inhalación.

Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, pueden causar efectos adversos en los sistemas reproductivos e inmunitarios, en el desarrollo y en órganos como el hígado, los riñones y mayores niveles de colesterol en las personas expuestas. Hay datos más limitados relacionados con: bajo peso al nacer, efectos en el sistema inmunitario, cáncer (en el caso de PFOA), y perturbación de la hormona tiroides (en el caso de PFOS).

Ciertas investigaciones sugieren “un mayor riesgo de cáncer testicular y de cáncer de riñón”, según datos de la Sociedad Estadounidense del Cáncer.

¿Qué hacer?

Si bien es casi imposible evitar el contacto con los PFAS, se pueden implementar ciertas estrategias para disminuir la exposición. Como principal medida se pueden reemplazar los elementos que contengan teflón con sartenes y ollas de hierro fundido, acero inoxidable o cerámica. Asimismo, los utensilios antiadherentes que no contienen PFOA tendrán una etiqueta que lo indique.

Por otro lado, ciertos alimentos enlatados, como almejas y otros mariscos, pueden contener PFAS en mayor cantidad.

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