"Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien. Escuché varias cosas sobre mí durante varios años. No me reconocía porque generaban tanto odio hacia mi persona. Yo jamás en la vida tendría la intención de matar a alguien", sostuvo Máximo Thomsen.
El rugbier, uno de los más comprometidos, rompió el silencio ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores en el marco de la decimoprimera jornada del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa.
Thomsen lloró mientras declaraba la mamá de Blas Cinalli y siguió quebrado cuando le tocó a la suya, Rosalía Zárate.
Tras su pedido de disculpas, contó cómo llegaron al boliche y lo que pasó en la noche del crimen de Fernando: "Empezamos a tomar alcohol desde temprano. Fuimos con dos heladeras llenas a la playa. Cuando estábamos medio mamados fuimos a comprar las entradas para Le Brique", relató.
"Fuimos a la previa, llevamos más alcohol. Después, tipo 3:30 fuimos al boliche. Había mucha gente, estábamos tomando y conociendo a una chica. Se te caía el vaso de tanto movimiento que había. En una ocasión dije 'basta de empujar'. Me respondieron 'estamos todos en la misma'. Siento que me pegan y ahí vienen los de seguridad", prosiguió.
En su relato, contó que se empezó "a correr y pregunto por qué querían sacarme a mí". "Me cruzan el brazo y sentí una presión muy fuerte, me asusté y me llevé las manos para tratar de evitar que me asfixiara, escuché que decían 'llévenlo a la cocina que lo cagamos a palo'", agregó
"Yo quería entrar de nuevo, pero mi amigo me dijo que no me preocupara. Miré para el costado y vi un grupo grande de chicos como que se iban a enfrentar con mis amigos. Cuando llego a la ronda y se abre, siento un golpe en la cara y reacciono. Pegué una o dos patadas, no sabría a quién ni cómo", completó.
La fiscalía le preguntó si le había pegado patadas a la víctima, a lo que Thomsen respondió: "No sé, no recuerdo a quién le pegué ni cómo. En el momento estaba como en shock con todo lo que había pasado antes y entré en esa situación".
Durante su testimonio se negó a reconocer al resto de los rugbiers en los videos del ataque a Fernando Báez Sosa: "No voy a responder por otras personas", sostuvo.
Por otra parte, explicó cuándo se enteró del crimen: "Al otro día supe lo que había pasado. Cuando estábamos todo en el piso (la policía) nos dicen: '¿Ustedes saben por qué están acá? Ustedes mataron un pibe'. Ahí recuerdo que me empezó a dar vuelta la cabeza, empecé a vomitar, me empecé a sentir muy mal. No lo creía hasta el otro día. Mi cabeza no lo podía procesar porque no lo entendía".
Luego tomó la palabra el querellante Fernando Burlando y Thomsen rápido, reaccionó: "No me siento cómodo respondiendo preguntas a una persona que me insultó mientras estuve detenido, insultó a mi mamá y no me siento cómodo respondiéndole. A la parte no quiero responder".