jueves 21 de marzo de 2024
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Desgarrador testimonio

Día de la Memoria: "Un día asumí que mi papá ya no volvería"

Daniela sufrió la desaparición de su padre cuando tenía 7 años. En el Día de la Memoria, le contó a AHORA su desgarradora historia

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memoriaDaniela Gomez tenía 7 años cuando vio por última vez a su papá. El 16 de marzo de 1977 Juan Carlos Sosa Gómez, un paranaense radicado en Buenos Aires e integrante de la agrupación Montoneros, salió de su casa para reunirse con un compañero en la zona de la Estación de Haedo. Ese día fue tiroteado, metido dentro de un baúl y se sumó a la lista de desaparecidos por la dictadura cívico-militar. Su familia, aún, no sabía del peor desenlace.

“No volvió. Esa misma noche con mi mamá lo esperamos. Lo esperamos más de lo que se debía esperar”, expresó. Daniela recuerda ese día como si fuera hoy: “Fuimos hasta los ferrocarriles, empezamos a preguntar si alguien había visto algo y mencionaron que alguien con un camión, -mi papá manejaba un camión Mercedes Benz rojo- se había bajado, lo habían corrido, lo habían tiroteado y de ahí había terminado arriba del baúl de un auto”.

Esa fue la primera información que Daniela y su madre tuvieron de Juan. En ese momento, ignoraban la posibilidad de la muerte: “Se lo llevaron, no sabemos dónde está, pero en algún momento va a aparecer”, fue el pensamiento en aquel momento. Esa misma noche Daniela y su mamá abandonaron la casa donde estaban viviendo. No era la primera vez que lo hacían. “Recuerdo haber agarrado una caja de zapatos y empezar a poner juguetes”, contó a AHORA.

Tras la desaparición de su padre, ambas siguieron viviendo en Buenos Aires, pero en otro domicilio y junto a otras mujeres que también tenían a sus parejas desaparecidas. Ese mismo año, 1977, cayó una de las mujeres que vivía allí y esa casa fue allanada: “Mi mamá salió por los techos y yo quedé con una vecina. Años después me enteré de que mi mamá había puesto en mi ropa la dirección de mis abuelos de acá de Paraná y que le había dicho que por favor me trajeran”.

Y así fue. Daniela llegó a Paraná en un Fiat 600. La trajo una pareja de chicos jóvenes. Hasta el día de hoy no sabe quiénes eran: “Veía a los militares en la ruta y me escondía".

No recuerda cuánto tiempo pasó hasta que se reencontró con su mamá, quien había permanecido escondida. Tampoco recuerda cómo fue ese reencuentro, pero lo que sí recuerda es que durante todo ese tiempo espero volver a ver a su papá. “Yo siempre seguía esperando, seguía haciéndole regalos para el Día del Padre, para su cumpleaños. Se los daba a mi mamá para que los guardara”, recuerda. Esos regalos quedaron esperando.

A los 11 años, Daniela conoció la verdad. "No me enteré, sino que asumí que mi papá ya no volvería”, expresó. Y agregó: "Me dijeron que había entrado a la Escuela de Mecánica de la Armada, muerto. Lo habían visto”.

Hoy Daniela es mamá y abuela. Su familia conoce toda su historia, de principio a fin. Uno de sus hijos comparte la misma forma “jodona” que tenía su padre y para sus nietos es fuente de consulta cuando hay que hablar del tema. "Cuando viene esta semana del 24 de marzo y tienen que preguntar algo, me lo preguntan".

Cada 24 de Marzo es especial, no importa cuántos años pasaron. La fecha todavía la conmueve: “Esta época creo que para todos nosotros es muy emotiva. Por más que uno se ponga vieja, pasan los años, pero la herida sigue".

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