lunes 18 de marzo de 2024
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Se sentía cansada y fue al médico: le dijeron que le quedaban horas vida

Estremecedor: cuando fue a la consulta, la joven quedó internada de inmediato. La declararon "la mujer más enferma de Estados Unidos". Mirá su increíble historia

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A pesar de que el paso del tiempo es inevitable, muchas personas sufren la famosa llegada de los 30 años, en donde algunos se hacen un replanteo de todas las cosas que hicieron y que no hicieron hasta el momento.

Sin embargo, no fue el caso de Christina Ferrara, para quien esto significó algo mucho más grave, aunque pudo salvarse a tiempo. “Pensé que era solo una cruel bienvenida a mis 30 años”, dijo la mujer de Tampa, Florida.

Trabajaba 40 horas por semana y los síntomas que sentía al principio no eran tan alarmantes, como el sangrado de encías o que su orina “era más oscura”, aunque en principio pensó que era porque tomaba poca agua. Además, también vivía una intensa fatiga incontrolable.

Decidió asistir al hospital, y le dijeron que su hígado no funcionaba bien. A las pocas horas sufrió de ictericia, cuando la piel está amarilla por un aumento de la bilirrubina en la sangre como resultado de ciertos trastornos hepáticos. Y contó: “Sufría altos niveles de enzimas. Cuando mi médico me examinó, me dijo que tenía que ser ingresada en el hospital y que me iba a morir el fin de semana”.

Comenzó a perder el conocimiento, y un especialista le comentó que nunca había visto un caso en el que una enfermedad avance tan rápido como el suyo: “Me hicieron preguntas como dónde estaba y quién era el presidente. Las entendí todos mal. Incluso pensé que era 1997. Todo lo que sabía era que tenía miedo“.

Christina Ferrara entró en coma inducido y como su caso era tan alarmante, se ubicó en la primera posición en lista de trasplantes de su país y por su grave condición fue considerada “la mujer más enferma de Estados Unidos”.

Llegaron tres hígados, pero sus médicos los rechazaron, hasta que encontraron el órgano ideal: “Literalmente, fue un milagro, tan pronto como lo puse fue como si las baterías estuvieran encendidas”, explicó Ferrara.

Su recuperación fue inmediata, aunque todavía no sabe el motivo que le causó la insuficiencia hepática. Hoy, después de un año, busca alentar a las personas a registrarse como donantes de órganos: “Si mi donante no eligiera donar sus órganos, no estaría aquí ahora. Necesitaba un hígado específico y la persona que se registró fue mi ángel guardián. Cuando te morís no te podés llevar tus órganos, así que salvá una vida y difundí amor”.

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