viernes 29 de marzo de 2024
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Revelan detalles de la autopsia del militar asesinado en Entre Ríos

Alguien que sabía cómo actuar, colocó los precintos y dio los golpes vitales. El hecho ocurrió entre la medianoche del lunes y la madrugada del martes

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La autopsia realizada en la mañana de este lunes, determinó que el exteniente coronel del Ejército José María Romero fue atacado a golpes de puño y con saña, luego de que sus muñecas fueran atadas con precintos.

Se estima que la muerte ocurrió entre 8 y 12 horas antes de que fuera encontrado el cuerpo en la vivienda de San Martín 338, departamento A, por lo que la muerte se habría producido entre la medianoche del lunes y la madrugada del martes.

Los precintos fueron colocados en ambas muñecas, y un tercer precinto se utilizó para tomar ambos brazos. Ello le impidió a Romero ofrecer una resistencia mayor.

El que lo hizo, sabe cómo atar, no es un improvisado”, dijo un investigador a Radio Máxima.

Los golpes fueron todos en la parte derecha. Uno de ellos en la cabeza, efectuado con la mano abierta, otro con un puño que le dejó el ojo “en compota” como en el boxeo, otro en lado derecho de la cara, uno al menos en la oreja, que quedó como azulada y uno o más golpes en las costillas.

Como observación, se cree que los golpes fueron con la mano o puños y no con un elemento contundente, porque ese tipo de agresión suele lesionar la piel, lo que no ocurrió en este caso.

Como dato llamativo, Romero tenía una cinta de embalaje alrededor del cuello, pero no muy ajustada, por lo que no dejó ningún surco. En ese sentido, no se descarta que pudieron haberle hecho un “submarino seco”, aunque no se halló ninguna bolsa en el lugar.

También se determinó que no hubo infarto, si bien Romero pudo haber fallecido por el dolor causado por los golpes.

Como elementos para seguir analizando, y que pueden servir para la causa, se encontraron algunos cabellos largos en las manos y en las uñas de Romero. También se halló en el lugar una colilla de cigarrillo. Además, apareció un rastro de sangre en la bajada de la escalera, al lado de la pared, como si alguien se hubiera limpiado

Llamó la atención, más allá de la autopsia, que a Romero le dejaran su reloj puesto, y a la vez había otro reloj sobre un mueble del dormitorio.

El médico policial que realizó la autopsia, Marcelo Benetti, solicitó estudios de sangre para evaluar si existían sustancias tóxicas en el cuerpo del infortunado Romero.

Según publicó Radio Máxima, el teniente coronel Romero tenía 85 años, medía 1,70 metros y pesaba unos 70 kilos.

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