Desde 2019 Pablo Javkin es el intendente de Rosario cuando -en el merco de una puja interna- logró sacar del poder al Partido Socialista, que durante años estuvo al mando en esa ciudad de Santa Fe. Con una larga trayectoria en la política, el hombre que militó en la Juventud Radical enfrenta desde que asumió un complejo desafío: frenar la avanzada narco que día a día gana terreno en uno de los puntos neurálgicos del país.
A los 52, fue reelecto como intendente de Rosario. Padre de dos hijos, se recibió de abogado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), donde armó los cimientos de una incipiente carrera política muy ligado al radicalismo. En su paso por la facultad militó en Franja Morada y fue presidente nacional de la Juventud Radical y también de la Federación Universitaria Argentina.
Luego de su paso universitario se mantuvo apegado a la política, pero se sumó a la Afirmación para una República Igualitaria (ARI), donde se mantuvo cercano a Elisa Carrio a principio del 2000. Gracias a su militancia, logró ser concejal rosarino en 2001 y legislador provincial en 2007.
Su carrera continuó en franco ascenso y entre 2013 y 2015 fue diputado nacional por la provincia de Santa Fe. En esos años intentó acercarse al fútbol, donde tuvo un coqueteo con ser parte de la dirigencia de Newell’s, uno de los dos clubes más importantes de la ciudad.
En 2015 fue nombrado Secretario General por la intendenta de Rosario, la socialista Mónica Fein, actual diputada nacional. La Secretaría General comprende la gestión de los seis distritos del Gran Rosario y de varias dependencias que se ocupan de temáticas diversas. Allí empezó a edificar su lugar como jefe comunal.
Estuvo dos años en el cargo y luego armó su partido local al que llamó Creo Rosario. Se sumó a la coalición Frente Progresista Cívico y Social y logró imponerse en la interna al partido socialista del poder de la ciudad.
En su gestión se produjo un fuerte avance del narcotráfico en la ciudad, ya que alcanzó una tasa de homicidios de 21,8 por cada 100.000 habitantes en triplicando la media nacional. En 2016, Rosario tenía un oscuro promedio de 14 homicidios cada 100.000.