A Fernando Baez Sosa, de 18 años, lo mataron el 16 de enero 2020 en Villa Gesell. Los rugbiers autores del homicidio fueron detenidos inmediatamente (eran 10 hasta que dos fueron sobreseídos) y desde entonces están presos. Siempre juntos, siempre solos, aislados del resto de la población carcelaria.
Tras un breve paso por seccionales de Gesell y Pinamar, el 29 de enero de 2020 fueron llevados a la Unidad 6 de Dolores, la más antigua de la provincia y -como es regla en las cárceles argentinas- superpoblada. Sin embargo ellos estuvieron siempre juntos, siempre solos.
El 13 de marzo de 2020 se decidió trasladarlos a la Alcaidía Departamental de la Plata N° 3 ubicada en el penal de Melchor Romero, un lugar ideado para estar de paso. Pero allí permanecieron casi tres años. Siempre juntos, siempre solos.
En las últimas semanas, mientras el veredicto se les venía encima a velocidad de tren bala, dos por celda en un pabellón especial, esperaron que el tribunal decidiera cómo y dónde seguirían su vida. Esperaron siempre juntos, siempre solos.
"Juntos", "solos". Esa siempre fue la constante en los más de tres años que mediaron entre uno de los homicidios más documentados (y que mayor impacto tuvo en la sociedad) y el momento del veredicto. Pero, ¿qué pasará con estos ocho jóvenes tras la sentencia ?
Ya conocida la condena, de cinco perpetuas y tres a 15 años de prisión, la Justicia decidió que todo el grupo vuelva a Melchor Romero, a donde pasaron la mayor parte estos últimos tres años.