jueves 28 de marzo de 2024
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Gualeguaychú

La última foto de Fernando Pastorizzo: "Era como mi hermano"

Juan Cabrera, uno de los mejores amigos del joven asesinado, es también el primo de Nahir Galarza. Así lo recordó

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La tarde anterior a la que Fernando Pastorizzo fuera asesinado de dos balazos por parte de Nahir Galarza, en Gualeguaychú hacía un calor de novela. 28 de diciembre, pleno verano, una gran cantidad de chicos caminaba por la costanera al borde del río Uruguay. En eso mismo estaba él junto a su mejor amigo, Juan Cabrera. Mientras tomaban mate, uno de los dos levantó la vista y miró el cielo:

- Mirá esa nube, boludo. Tremenda

- ¡Si! Es para sacarle una foto

Ninguno de los dos supo que aquella imagen que luego Fernando subiría a su perfil de Instagram, sería la última que el chico compartiría en las redes sociales.

amigo pastorizzo.jpg

“Era un cielo espectacular, amenazaba una tormenta, pero justo volvió a aparecer el sol. Me acuerdo de todo, como si fuera hoy. Estábamos ahí porque nos habíamos juntado para charlar sobre el departamento en el que íbamos a vivir en Paraná. Queríamos estudiar la licenciatura en Administración de Empresas y pensábamos mudarnos para allá”.

Se forma un nudo en la garganta de Juan. Lo destraba con un mate caliente y sigue. Cuenta que esa tarde hablaron de proyectos, de estudio, de futuro: “Yo había conseguido un teléfono de una inmobiliaria para preguntar precios, pero no nos atendieron. Quedamos en que nos íbamos a juntar al otro día para volver a intentar comunicarnos. Pero nunca más lo volví a ver”.

Juan no sólo era amigo de Fernando, sino también es primo de Nahir. “El era mi hermano”, dice y de esa manera explica el motivo por el cual no se negó a declarar cuando lo citaron y le dijeron que podía no hacerlo debido a la relación parental que lo unía a la imputada. Dice que aquella decisión de irse a vivir fuera de Gualeguaychú pudo haber sido el motivo de su muerte: “Ya teníamos todo listo, él se quería ir de acá. Pero ella no lo dejó”.

A su prima la veía en algunos cumpleaños y en reunieron familiares aisladas, no tenían un vínculo muy cercano. Luego de lo que pasó nunca fue a visitarla a la comisaría, aunque admite que una vez lo pensó: “Pero después dije ‘¿para qué, si ya está?’. En el único momento en que se la cruzó fue en el juzgado: “Yo esperaba para entrar a la sala y ella pasó, me miró y me sonrió. Me dio miedo la verdad, te juro”.

En una charla más relajada en el mismo lugar donde se juntaba con Fernando, ahora Cabrera le cuenta a Clarín que vio el veredicto desde su casa, que prefirió no ir a la puerta de los Tribunales porque no se sentía cómodo y que, si bien estaba nervioso, confiaba en que el fallo sería de perpetua: “No estoy contento, no me pongo feliz. Cuando el juez leyó la sentencia me puse a llorar, solo. Me acordé de él. Todos los días me acuerdo de él”.

El joven de 21 años todavía se enoja cuando menciona todas las cosas que dijeron de su amigo en el juicio: “Mintieron, lo trataron de drogadicto, cocainómano, golpeador, maltratador. No había persona más buena que él, no había”. Frente al juez, Juan, hace dos semanas declaró como testigo y allí describió la relación que tenían los jóvenes: “Ella lo maltrataba, en el boliche lo agarraba y se lo llevaba. Lo molestaba no lo dejaba en paz. Una vez hasta le volcó un vaso de champagne en la cabeza. Yo siempre la separaba, pero al final él se iba con ella”.

Después de la discusión que Pastorizzo tuvo con Galarza en la noche de Navidad adentro de un boliche, el joven le contó a Juan que la relación se había terminado ahí. Que era lo último. Que no la vería nunca más. “Si me lo volvería a cruzar, lo primero que haría sería darle un abrazo y después le preguntaría por qué la volvió a ver a Nahir en la madrugada del 29 de diciembre”.

A siete meses del homicidio, Juan todavía tiene una sensación de culpa que le revolotea por la cabeza y que a veces no lo deja dormir: “Tal vez podría haber hecho algo”, dice y se queda en silencio algunos segundos. “Si yo veía todo porque estaba ahí, veía su maltrato constante. Pero después vuelvo a pensar y digo que nadie se podría haber imaginado este final. Ni Fernando pensaba que Nahir lo podía matar”.

Clarín

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