En su recorrido por Cuba, y luego de oficiar una misa en la plaza Calixto García, de la localidad de Holguín, el Papa Francisco bendijo la ciudad desde la Loma de la Cruz, un accidente geográfico situado a 261 metros sobre el nivel del mar en donde se montó una gran cruz de madera y que se convirtió en uno de los símbolos que identifican al lugar.
Un coro de niños cantó para el Sumo Pontífice; luego, los felicitó y le pidió: “No se olviden de rezar por mí”. Su próximo destino será Santiago de Cuba, donde visitará la Basílica Menor del Santuario Nacional.
La Loma de la Cruz es el centro más antiguo del cristianismo en ese país. "Que el Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes y sobre toda la ciudad", rogó Francisco. Además, invocó protección para "las familias, los niños y los jóvenes, los enfermos y todos los que sufren".