Plazo fijo tradicional o plazo fijo UVA: ¿cuál es la mejor opción para ganarle a la inflación?
Se recomienda acceder a un plazo fijo a aquellas personas que buscan un mecanismo de ahorro seguro o una inversión que de al menos un margen mínimo de ganancia
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En la Argentina la inflación siempre está en el punto de mira. Los aumentos de precios son tan imprevisibles, que resulta bastante complicado saber con anticipación qué inversión puede llegar a ganarle a la inflación en los próximos meses. Sin embargo, existe la manera de conocer cuál es la mejor alternativa en el contexto actual.
Para quienes buscan un mecanismo de ahorro seguro o una inversión que de al menos un margen mínimo de ganancia, siempre es aconsejable que accedan a un plazo fijo. La incógnita que surge aquí es a cuál acceder.
En este sentido, es fundamental reconocer cómo funcionan las dos grandes alternativas a las que se puede acceder en el sistema financiero argentino.
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Plazos fijos tradicionales y los plazos fijos UVA
Los plazos fijos tradicionales, pagan un interés fijo a los inversores, que se calcula en función a la cantidad de días que elijan mantener el depósito. La alícuota se establece generalmente en función de la tasa de referencia que publica periódicamente el Banco Central (BCRA). En este caso, la tasa alcanza un valor de 75%.
Por otra parte, el plazo fijo UVA otorga un rendimiento que se determina en función de dos variables: la evolución del precio de las Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) y una tasa fija mínima. Algunos bancos están trabajando hoy con una tasa de entre 0,25% y 1%, pero otros mantienen la tasa en 0% y se limitan solo a dar el rendimiento que se obtiene con las UVAs.
Es importante aclarar que la evolución de las Unidades de Valor Adquisitivo se determina en función del índice CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia), que sigue el valor de la inflación. Por eso, quienes optan por esa forma de inversión, se garantizan no perder contra el avance del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
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La opción más conveniente en el contexto actual
Para llegar a una conclusión, se tomará como ejemplo una hipotética inversión de $100 mil pesos por un período de tres meses, comenzando el 1° de marzo; el tradicional con renovaciones cada 30 días y el UVA por un plazo de 90 días corridos, que es el tiempo mínimo.
Con el plazo fijo tradicional, se puede calcular que, con la Tasa Nominal Anual del 75%, se obtendría un rendimiento del 19,9% a lo largo de los tres meses, lo que daría como resultado una ganancia de $19.946.
Para llegar a ese valor, se debe calcular primero el rendimiento de la tasa a lo largo de todo el año (serían $75.000 si se hiciera la inversión a 365 días) y luego dividir ese monto por 12. Así, se obtendría que, luego de los primeros 30 días, el inversor obtendría una ganancia de $6.250, que sumados a los $100 mil iniciales, formarían una nueva base de cálculo de $106.250. De esta forma, a lo largo de los tres meses se alcanzaría el valor mencionado anteriormente, de $19.946.
En lo que respecta al plazo fijo UVA, se puede calcular el rendimiento en función de la inflación estimada por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central.
De acuerdo al estudio, la inflación rondaría el 6% en marzo, el 5,8% en abril y el 5,7% en mayo. Si esos valores se confirman, la inversión de $100 mil avanzaría a $106.000 en marzo, a $112.148 en abril y a $118.540 en mayo.
A los $118.540 de mayo, habría que sumarle otros $1.000 por la tasa fija del 1% que algunos bancos ofrecen como ganancia. En total, se llegaría a un monto de $119.540. (19,5% de ganancia nominal) a lo largo de los tres meses, unos $405,85 menos que el plazo fijo tradicional.
La conclusión a la que se llega con esto es que por ahora, con el escenario que se presenta más claro, resulta más atractivo el plazo fijo tradicional.