jueves 28 de marzo de 2024
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CKEA

De la nueva mujer, el autoestima y la comunicación

Por María José Armándola – Lic. Kinesiología y Fisiatría – Matrícula: (Entre Ríos) Mat. 939 / (Santa Fe) Mat. 1616

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Estamos orgullosas de haber sido elegidas por el Grupo Clarín como el mejor centro de estética de Entre Ríos y representar a la provincia en un especial de televisión que se emitió el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en Cablevisión Flow. Es un reconocimiento a nuestro esfuerzo diario y tu confianza y respaldo cotidiano. Muchas Gracias.

-Hola María José, quería agradecerte porque te leo siempre,y gracias a vos empece a venir a CKEA donde siento que algunas cosas están cambiando en mi vida.

-Gracias Anabel. Es muy reconfortante escuchar eso. Pero, concretamente; ¿En qué sentís o dónde advertís los cambios?

-Es que desde que decidí venir a CKEA me doy cuenta que comparto la filosofía con la que ustedes abordan la belleza, el modo en que hablan con los pacientes y que vos expresás en tus columnas y que sigo cada semana. Yo siempre me sentí mal con mi cuerpo, nunca estuve conforme con él y a medida que crecía me sentía excluida del estereotipo general de belleza y eso me generaba angustia y cada vez más me recluía y me aislaba socialmente.

Intenté esbozar una respuesta pero no encontré las palabras adecuadas y ella avanzó con su reflexión, que me dejó más perpleja todavía.

-En los últimos meses me estoy sintiendo mejor, porque con la forma que ustedes relacionan salud y belleza me doy cuenta que tengo que agradarme a mí, antes que a los demás. De hecho volví a hacer gimnasia, estoy perdiendo esos kilos que subí durante la pandemia, y recuperé relaciones que mis amigas que había perdido en el último tiempo. Me siento más completa y con ganas de vivir.

Este breve pero trascendental diálogo sucedió realmente esta semana con una paciente en Santa Fe, en nuestra sucursal de calle 9 de julio que inauguramos en septiembre, y Anabel (nombre irreal que he encontrado para mantenerla en el anonimato) parecía muy sincera en sus apreciaciones.

Ella ronda los 50 años y es una mujer muy locuaz, inteligente, profesional, independiente y se ve que cuenta con el atributo del arrojo y la valentía para tomar decisiones y no quedarse en ninguna zona de confort que la inmovilice y detenga.

Sin embargo, me dio la impresión que estaba haciendo esfuerzos para volver a una dinámica de vida que la proyecte, y que realmente CKEA se había convertido en un punto de inflexión en su vida. Una discontinuidad de la que comenzaba a disfrutar en su propio cuerpo.

En confidencia me contó que su madre, desde niña, la había sometido a muchas presiones sobre su cuerpo y eso había devenido en bulimia y anorexia, enfermedades que por entonces eran más bien desconocidas y escondidas, pero que generaban nocivos efectos sobre la psicología de las niñas y adolescentes.

Fue entonces, según su propio relato, que me confesó que el concepto de belleza fue creciendo con ella algo deformado e impiadoso, escrutándola e interpelándola de manera cruel, cuando en realidad debió ser una plataforma natural que nace como un juego y se convierte en una condición de su propia naturaleza.

-Estoy realmente agradecida con vos y con las profesionales de CKEA, me ayudan a no quedar enredada en este estereotipo perverso que se encuentra hoy en nuestra cultura donde la belleza es exclusiva y perniciosa, pero que no es más que una fantasía colectiva. No existe, pero todas creemos que nos debe regir como una religión- subrayó Anabel. Dicho esto el escueto encuentro concluyó, el que me dejó, por un lado, pletórica y que no pude evitar considerar como una caricia al alma; pero por otro me arrojó a la reflexión acerca de la diferencia que existe entre lo que una hace, lo que cree que hace y lo que los demás ven acerca de lo que estamos haciendo.

Nada más gratificante que el feed back, cuando éste es genuino y enriquecedor.

Intercambio.

El diálogo con Anabel me dejó inquieta, lo reconozco.

Lo primero que puedo capitalizar es la importancia del feed back, del intercambio, de la devolución, como un registro necesario para evaluar la forma en que en CKEA nos posicionamos ante nuestra profesión, nuestro oficio y si se quiere nuestro negocio.

A veces vivimos en forma tan frenética que casi nunca nos detenemos en este punto que es esencial para revisar el sentido de nuestro camino, realizar correcciones necesarias e indagar acerca de la profundidad de nuestras convicciones.

Además, el episodio, me permitió advertir la importancia que tiene la comunicación en cada una de las estrategias y nuestras acciones.

Sin embargo son contadas las veces que advertimos que estamos dirigiéndonos a pacientes humanos, personas que nos confían su salud, su cuerpo, que tienen expectativas y sueños a los que debemos cobijar y acompañar para que se concreten.

Escribimos estas piezas con mucho cariño y reflexión, y transportan la esencia de nuestra profesión. Por eso es que cuando una paciente como Anabel nos cuenta lo que le pasa con nosotros y lo bien que le hacemos, es bueno saber que retribuimos su confianza con un buen servicio, atención personalizada, tecnología de punta, pero, especialmente, nos convertimos en una socia, una aliada, una amiga que la acompaña en su aventura de vivir y la ayuda a reconocer los valores y atributos de una mujer moderna.

Reflexión.

Anabel nos permite hoy mirar hacia adentro del paradigma de trabajo y vida que desplegamos todos los días en Santa Fe y Paraná y sus palabras nos aseguran que estamos en el camino correcto.

En la semana en que celebramos el Día de la Mujer, ella nos pone adelante un espejo para mirarnos y poner a consideración del tiempo y el espacio nuestra actividad y reafirmar que no nos equivocamos en el concepto que las mujeres somos el motor del cambio de una sociedad distinta, equitativa e integrada; que aporte humanidad al futuro que no podrá evitar llegar de la mano de nuestra sensibilidad e inteligencia, de nuestra capacidad de lucha y organización, de ser madres o no, de elegir nuestra sexualidad, nuestro género, de vernos empoderadas para dirigir gobiernos, empresas, organizaciones públicas y privadas, y que, también y con mucho orgullo, para gustar y gustarnos.

La belleza y la salud son el anverso y reverso de la moneda de nuestros días, y apostamos a ambas.

En CKEA, primordialmente, creemos en nosotras, y nos gusta que personas lindas como Anabel se apoyen en nuestro equipo y confíen su cuerpo y su alma, que es lo más importante.

El episodio con ella fue muy profundo, y quizá no pude retribuirle todo lo que me dio con sus palabras y aunque ella creyó que era la más enriquecida del encuentro, puedo asegurar que fue al revés.

Por eso, al despedirnos me salieron las únicas pero muy sinceras palabras que pude encontrar para que ella valorice el aporte que me hizo.

Fueron dos, pero les aseguro que muy profundas: Gracias Anabel.

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Sucursal Paraná: Mitre 171.

Dirección Santa Fe: 9 de julio 2559, entre Tucumán y La Rioja.

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