Contra la luz
A Mark Strand
Mientras mirás cómo la lluvia lo cubre todo de un brillo oscuro,
mientras sentís la forma en que tus músculos se deslizan
y contraen sobre las cosas: la bandeja fría de metal,
la perilla de la hornalla, las tazas aún húmedas,
el borde de cuero rugoso del portaretrato inútil,
los imanes de lugares que no conocés
mientras las huellas filosas de las sombras
aún se arrastran
como patas de garzas
que no alcanzan vuelos
mientras tus hijos crecen
sin respirar tu aliento
sin arrancar las cáscaras de tu codo
mientras cercás la casa como a un campo
con la electridad de los rayos
de tu furia
hay un silencio claro encendido entre tus dientes
como una perla oculta en la ostra
sabés que si contaras la historia desde la mirilla
por donde asomás tu párpado,
la llama ardería contra tus lunares,
la mecha vendría hacia vos y explotaría en tu paladar
como lo hace un volcán o una ampolla
o la cucaracha que creés matar todas las noches
entonces optás por revelar los símbolos mudos
vaciás los cajones de cuchillos
imponés una vitrina de floreros
como altares
con la marca seca del agua que antes estuvo clara
cerrás las alacenas, intuís
la reproducción de las polillas en la harina
y dejás el corazón en el baldío
donde suenan los murciélagos
como las chispas de un fuego que muere lento
como las alas del insecto contra la luz
mientras la lluvia quieta en su movimiento continuo
baja sobre tus huesos
y te ahoga